En el contexto del pasaje, el mensaje del evangelio predicado a los judíos allí en Tesalónica causó un gran alboroto, y se hizo la acusación contra los cristianos y los que los albergaban diciendo: “Estos que trastornaron el mundo entero también han venido aquí. .”

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Esta acusación hecha por los judíos era incorrecta, sin embargo, desde su perspectiva como aquellos que no creían en Jesús, el evangelio estaba trastornando su cosmovisión. En realidad, el evangelio que se predica cambia al mundo y lleva a las personas a la comunión con Dios. El evangelio es un mensaje que trae paz y orden a la vida de quienes lo obedecen y lo viven. Por la gracia de Dios, esta nueva forma de vida ha producido nuestra santidad y nos llevará a vivir con Dios en el Cielo por la eternidad.

Si creemos esto, tenemos la obligación, tanto por mandato directo de nuestro Señor, como también como resultado de pura gratitud a nuestro Dios, de compartir este mensaje del evangelio con otros.